¿Qué es la hiperplasia prostática benigna?
La hiperplasia prostática benigna (HBP), un aumento del volumen de la glándula prostática, es una de las enfermedades más comunes en los hombres.
Contenido
Esta condición médica es el resultado de un aumento en el número de células de la próstata.
El crecimiento se produce a lo largo de los años debido a la estimulación de la proliferación de estas células por la testosterona, la “hormona masculina”.
El aumento del número de células hace que la próstata aumente de volumen y tamaño, con la consiguiente compresión de la uretra y las molestias urinarias.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en este caso el agrandamiento de la próstata no está causado por el cáncer.
La HBP se desarrolla principalmente en un área llamada zona de transición, situada alrededor de la uretra. En cambio, los tumores de próstata malignos suelen surgir en la zona periférica (alrededor del 70% de los tumores surgen en esta región).
¿Tiene síntomas de Hiperplasia prostática benigna? Descubra lo que significan

Causas de la hiperplasia prostática benigna
Las causas exactas de la HBP no se conocen del todo. Sin embargo, hay varios factores de riesgo que contribuyen y se asocian al desarrollo de la enfermedad. Los únicos factores conocidos son:
Más antiguo
Edad
Los hombres mayores de 50 años tienen un mayor riesgo; el envejecimiento hace que el músculo de la vejiga pierda la capacidad de contraerse de forma normal, lo que contribuye a que los síntomas empeoren con la edad.
Testosterona
Presencia de testosterona
La testosterona es responsable de “alimentar” el crecimiento de las células de la próstata que son responsables de la HBP.
Hamburguesa
Dietas ricas en grasas
Favorecer el desarrollo de la hiperplasia benigna de próstata debido a los cambios corporales; en cambio, se sabe que las verduras desempeñan un papel protector.
Herencia
Historia familiar
Los antecedentes familiares de próstatas grandes, sobre todo en los pacientes de menor edad, son un factor influyente.
Algunos estudios han relacionado la diabetes con una mayor probabilidad de desarrollar esta enfermedad, pero se necesitan más pruebas científicas que lo respalden.
Lo mismo ocurre con el ejercicio físico. Parece aliviar los síntomas urinarios, aunque no existe una relación causa-efecto clara para que se prescriba para la prevención de la HBP.
Síntomas de la hiperplasia prostática benigna
Al principio de la enfermedad, no todos los hombres presentan síntomas. Pero cuando la próstata aumenta de tamaño, empieza a comprimir la uretra y surgen las molestias urinarias.
Estos síntomas afectan significativamente al bienestar y la calidad de vida de los hombres afectados si no se tratan adecuadamente.
Puede provocar cambios en la función de la vejiga y los riñones, con consecuencias graves como la formación de cálculos en la vejiga, infecciones urinarias o la aparición de sangre en la orina, e incluso, en casos más extremos, insuficiencia renal y retención urinaria (que requiere el sondaje del paciente).
Las molestias del tracto urinario, denominadas STUI (síntomas del tracto urinario inferior) se dividen en tres categorías.
Prueba Ipss Síntomas de la próstata
Síntomas de vaciado
Disminución del chorro de orina, que puede ser débil y/o escaso;
Retraso en el inicio de la micción (retraso en la micción inicial);
Tardar mucho en orinar (aumento del tiempo de micción);
Orinar varias veces, no orinar de golpe, con interrupción del chorro;
Necesidad de hacer un esfuerzo abdominal para orinar;
Ardor al orinar (ardor al orinar);
Retención urinaria (no poder orinar en absoluto);
Incontinencia (pérdida de orina) durante el sueño.
Síntomas de hinchazón
Necesidad repentina de orinar
Incapacidad para retener la orina cuando hay una necesidad repentina de orinar
aumento de la frecuencia de la micción
Aumento del número de veces que orina durante la noche;
Dolor/sensación de pesadez debajo del ombligo.
Síntomas posteriores a la micción
Sensación de no vaciar completamente la vejiga
Orinar al final de la micción
Otros síntomas
Los mismos síntomas pueden ser causados por varias otras situaciones, como estenosis uretral, tumores de vejiga, alteraciones neurológicas de la vejiga, situaciones de ansiedad, hábitos de vida menos saludables, toma de algún medicamento, entre otros problemas de salud.
También puede producirse la presencia de sangre en la orina; hay que confirmar que no está causada por otra patología, concretamente oncológica, pero puede producirse por una hemorragia de la próstata (es una de las situaciones en las que está indicada la cirugía de la HBP).
Tenga en cuenta también que es posible tener Hiperplasia Prostática Benigna y no tener ninguno de estos síntomas.
Diagnóstico de la hiperplasia prostática benigna
El diagnóstico se realiza mediante la combinación de los datos de la historia clínica y la exploración objetiva, que posteriormente se confirma con pruebas diagnósticas complementarias adecuadas a la situación clínica.
Historia clínica
La historia clínica del paciente es la base del diagnóstico.
Con esta evaluación se pretende determinar las quejas que presenta el paciente y su cuantificación con encuestas de síntomas, identificando:
Duración de los síntomas;
Evolución en el tiempo
Repercusión en el bienestar y la calidad de vida de la persona.
Los síntomas tienden a empeorar con la edad, pero esto no es una regla absoluta. Hay situaciones en las que se estabilizan o mejoran espontáneamente.
Muy a menudo las molestias fluctúan con el tiempo, con un ligero empeoramiento progresivo.
Hay que investigar otras posibles causas de las molestias urinarias, revisar los hábitos del paciente y los medicamentos que toma, así como la existencia de otras enfermedades o cirugías previas.
También se debe preguntar al paciente si en el pasado ha sido sondado o ha tenido infecciones uretrales, que pueden estar asociadas a estenosis uretrales y causar síntomas similares a la HBP.
Examen objetivo
La exploración objetiva incluye un examen rectal y sirve para confirmar el agrandamiento benigno y para ayudar a excluir la presencia de un tumor.
Pruebas diagnósticas complementarias
Además de la historia clínica y la exploración objetiva, suelen ser necesarias algunas exploraciones complementarias, como
Análisis de sangre (como el PSA, para excluir un cáncer);
Análisis de orina;
Ultrasonografía;
Otras pruebas, como la uroflujometría.
El médico puede considerar pertinente realizar una ecografía de la vejiga y los riñones, una endoscopia de la uretra y la vejiga o un estudio urodinámico completo, para tener más precisión en el diagnóstico y caracterización de la enfermedad.
El Dr. José explica qué es la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP).
¿Tiene algún síntoma que indique una hiperplasia benigna de próstata?
El tacto rectal y la prueba del PSA pueden confirmar o desmentir las sospechas de HBP y detectar cambios sugestivos de cáncer de próstata. Son exámenes rápidos y están en primera línea del diagnóstico de este tipo de tumores.
Tratamientos de la hiperplasia prostática benigna
Existen varias formas de tratamiento para la HBP. Algunos pacientes no necesitan ningún tipo de terapia y, aunque sufran la enfermedad, sólo necesitan ser controlados regularmente.
Este es el caso de los pacientes sin síntomas o con molestias leves y sin un impacto significativo en su bienestar y calidad de vida.
Una gran parte de los pacientes con HBP requieren tratamiento farmacológico. Este es el caso de los pacientes con síntomas moderados o incluso graves, con un impacto significativo en su calidad de vida. En estos casos, es posible utilizar varias posibilidades terapéuticas, varios fármacos, con efectos diferentes, que deben adaptarse a cada paciente y a cada caso.
Existen tres grupos principales de fármacos para tratar la HBP: los alfabloqueantes (silodosina, tansulosina, alfuzosina), los inhibidores de la 5-alfa-reductasa (finasterida y dutasterida) y la fitoterapia (extractos de plantas como la serenoa repens). Pueden utilizarse otros medicamentos en combinación para reducir algunas de las molestias urinarias, como el aumento de la frecuencia urinaria y las ganas repentinas de orinar (antimuscarínicos como el trospio y la solifenacina o el agonista beta 3 mirabegrón) o la micción nocturna (como la desmopresina).
El médico define con el paciente el mejor enfoque. Además de estas terapias, existen otros tratamientos, más o menos invasivos y con excelentes resultados.